
Se ha detenido abril en mi sequía
que busca incesante el aguacero,
para llenar el alma de mi aljibe
que de humedades sigue en su declive
y emite ecos, como triste pregonero.
Se ha detenido abril entre mi flora
sin poder decir a nadie ni un ¡te quiero!
y como lluvia mis lágrimas afloran
viendo a mayo cercano y pinturero.
A la sombra del árbol sin reguero
acuden mis gorriones a sus nidos,
pues asumen la tormenta reunidos
asistiendo a este abril tan agorero.
Se ha detenido abril y en mi tormenta,
los rayos sajan sin piedad retoños verdes
que anunciando estaban primaveras.
Amor ¡vuelve cuando quieras!
y anúnciame ese sol que necesito
para llenar mis noches tan austeras.
Ángela Galdón
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