No sé si mi pintura surge de mi alma de poeta, o es la poesía que me induce al mundo pictórico, ya que no sabría separar la una de la otra; forman parte de mí, por una necesidad incesante de crear y explayar mi sentir... ya sea bien en papel o en lienzo. Escribo y pinto para el disfrute propio, pero todavía lo saboreo mejor... cuando también con ello, logro hacer sentir a los demás.
jueves, 3 de marzo de 2011
¡QUÉ CONTRASENTIDO…!
¡Llueve… pero no importa!
En mis ojos siempre hay charcos;
suspiros como rayos, laceran mi corazón,
y hay tormentas de silencio en mis oídos.
¡Qué contrasentido…!
Cuando mi boca se estría de plena sequía
y en mis manos, se desecan las caricias
que fenecen con tu ausencia.
¡Llueve… pero no importa!
Se estableció el invierno, en puro estío
y se pudrió la yedra de mis brazos enamorados.
Allí quedó enterrada bajo las dunas
que separan tus playas de las mías.
¡Qué contrasentido…!
Este preludio de primavera,
cuando mi alma ardiente, está tan gélida,
que ni tan siquiera percibe los rayos del sol.
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Un poema de nostalgia y resurrección. Esplendido sin más.
ResponderEliminarAbrazos,
Gracias Perfecto por llegar a mi sentir, y por estas palabras que me dejas...
ResponderEliminarUn abrazo... Ángela